Jon Urrutia |
El restaurante “Casa Urrutia”, de muy reciente fundación aquí en ciudad de
Panamá, ya tiene sin embargo tanta estatura y arraigo como la siguen teniendo
los famosos "Casa Urrutia" de Caracas que se ganaron esas dotes y
otras más, con trabajo, cariño y talento por tres generaciones, allá en nuestra
querida Caracas.
Aquí en Panamá ha sido el amor y la fe del amigo Jon Urrutia, nieto del
abuelo fundador, Adolfo Urrutia, hacia la gran cocina vasca, hacia lo excepcional de Panamá como país de sólidas oportunidades y sobre todo hacia
la elevada capacidad laboral del trabajador de cocina y de mesa cuya
disponibilidad existe en Panamá, lo que hace de este sorprendente joven
empresario un modelo de referencia de lo que en mi opinión debe ser una gran
cocina regional de alta calidad, un gran servicio profesional de mesa prestado
con atención y premura y sobre todo, de lo que debe ser una percepción administrativa correcta del fascinante potencial de mercado que caracteriza a
importantes sectores de consumidores y de comensales de gustos educados y
viajados que van y vienen, o que
residen aquí en Panamá.
Y porque, como ya lo he dicho antes, el cocinero jefe es nada menos que
nuestro gran amigo y maestro de buena vida y del buen gusto culinario vasco,
Gorka Elizalde Goikoetxea. A los amantes
del bacalo, de la corvina, del mero, del salmón, de los mariscos y todos los
frutos de nuestros generosos mares tropicales les aseguro que tendrán
experiencias estrepitosas como las que ya nosotros, con mi hija y amigos, hemos
disfrutado y seguiremos disfrutando aquí en "Casa Urrutia", ubicado
en el sector de Obarrio, barrio que constituye el centro financiero, bancario y
hotelero de Panamá y de Latino América.
Y así como también los cortes de cordero, de cerdo, y en especial, los
chuletones de res madurados por semanas con arte y ciencia, los cuales también
nos han hecho estremecer de entusiasmo, de gusto y con mucha sorprendida admiración.
Sus ofertas de vinos son de primera y al alcance de todos los bolsillos.
Pero, para terminar con broche de oro, lo más curioso para mí ha sido el
descubrir que la relación del precio monetario de la comida a la carta,
referido a su nivel de aprecio objetivo en el paladar y al aprecio subjetivo en
la mente, es en estos momentos y en mi opinión la mejor relación que he podido
disfrutar aquí en Panamá en mucho tiempo. Y más ahora que presentan la
interesante opción de un nuevo menú a precio fijo.
Salud.
Flavio.