Memorias de Flavio Velásquez...: "LA VIE EN ROSE" Jueves 14 abril 2011.

"Sous le ciel de Paris"

En Panamá.

Biblioteca del restaurante
La Vie en Rose
Calle 77 San Francisco, Ciudad de Panamá.

Aunque a primera vista podría parecer, La Vie en Rose no es una boutique de antigüedades, ni tampoco es un museo de muebles y enseres de arte. Por supuesto que La Vie en Rose contiene objetos de gran clase que provienen de anticuarios parisinos y que podrían terminar algún día en un museo de arte y decoración. Objetos coleccionados por un genuino conocedor francés, Hocine Boukhenaissi, uno de los dueños del lugar.

KUSMI TEA - El Té de los Zares

En fin La Vie en Rose es dos cosas al mismo tiempo, en primer lugar, una bella Sala de Té en la planta baja y un refinado restaurante francés en el piano nóbile, o primer alto. Dada la elevada calidad de sus productos La Vie en Rose, en la planta baja, puede ser también muy apreciada como boulangerie y patisserie.

Langostinos al Armañac.

Pero por su nombre La Vie en Rose es la morada ideal al recuerdo imperecedero de Édith Piaf, como un tributo de Juan Marcos Márquez a la expresión de vida y fiereza de ella en medio y en contra de un mundo típicamente parisién y de post segunda guerra global. Un mundo específicamente francés abatido por la guerra, la humillación, la destrucción y la muerte, que nunca pudo sobreponerse, aún hoy después de cincuenta años, a la depresión, a la desesperanza y a la amargura que padeció en cuerpo y alma por culpa de las guerras sufridas en sus carnes y que fueron infligidas por otros pueblos y de las guerras infligidas por la Francia a las carnes de otros pueblos. Un mundo enorme, salvaje, europeo, mundial que trasciende la Francia, equivalente en pequeño, al mundito cruel y personal de Édith Piaf quien por lo contrario, a diferencia del mundo colectivo global, expresa ella una confrontación de vida y luz propia contra el embate de la opresión, de la muerte y de la oscuridad. Y todo este recuerdo de la diva inmerso por Juan Marcos y Hocine en una atinada reconstrucción de la Belle Époque primordial. O sea, una reconstrucción que revive el entorno de vitalidad y de fe en el progreso del gusto, del confort y de la civilización material de aquellos veinte años gloriosos que precedieron a la Primera Guerra Mundial entre 1890 y 1914. Un período de triunfo de la ciencia y del capitalismo que cambió para siempre la naturaleza profunda de la aristocracia, de la burguesía y del proletariado. Hoy ese pasado lleno de fe en el progreso humano vive nuevamente aquí en La Vie en Rose de Panamá, impresa en el testimonio de una reconstrucción decorativa de aquella Bella Época de fin de siglo XIX y, por otra parte, en el rescate del recuerdo de Édith Piaf revive ese grito rebelde de confrontación que exhala la vida misma cada vez que se abaten sobre ella los avatares de la desgracia. Por esta estremecedora dicotomía de dos grandes valores típicos del mejor espíritu titánico y heroico de la humanidad, consistente en la fe en el progreso y en la fe en la recuperación de las crisis, que se transubstancian aquí físicamente uno en el cuerpo del otro, o sea, el cuerpo ideal de la Édith Piaf de hace cincuenta años en el cuerpo ideológico de la Belle Époque de aquellos cincuenta años anteriores a ella, es que rindo el tributo de mi agradecimiento profundo a los amigos Juan Marcos y Hocine. Saludos. Flavio.