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sábado, 15 de junio de 2013

"Roma Antica" viernes 7 junio 2013.



ALENZA
Alejandro y Esperanza

Entre los acontecimientos más inesperados, sorprendentes y clamorosos de mi vida está la invitación exclusiva del amigo Jack Canavaggio a catar un Súper Duero :
ALENZA GRAN RESERVA 2001.

Antes de catar lo dejamos respirar en decantador de cristal por dos horas pasadas, mientras catamos un:

Casalis
Montepulciano d´Abruzzo.
Bodega Colle Luce.

La Bodega Colle Luce es propiedad de una celebridad del deporte de salto en alto, la fascinante Elena Montanaro. Sus padres también, pero porque sus nombres, Renzo e Lucia, coinciden con los de “I Promessi Sposi”. Son casi cinco las hectáreas sembradas de uvas de alto prestigio como Montepulciano, Trebbiano y Malvasia. Cultivadas con métodos biodinámicos. La nota técnica del vino indica lo que sospeché desde el primer instante que percibí su color de profunda oscuridad, su aroma de sensualidad primaveral y su paladar cautivo de una tímida prudencia, o sea, que la nota indicaba elServizio: da meditazione e lontano dai pasti”. Traducido a mi castellano, la bodega Colle Luce propone que dicho  vino se bebe lejos de la comida, con mucha calma, a velocidad muy lenta y en estado mental de cero stress. Lo cual revela que es un vino serio, respetable, delicado, fino y suave como terciopelo. Se deduce de la indicación poética y estilista contenida en la frase calificativa vino “de meditación”. De mi recibe 92 puntos de agrado.

Para ALENZA la propiedad “vino de meditación” se queda corta. Porque para mí este es un vino de transustanciación. Ya que gracias a este vino hay  una fusión de sustancias entre el cuerpo del bebedor y el espíritu del vino, y viceversa, entre el espíritu humano y el cuerpo del vino, para formar una entidad nueva inmersa en una compleja y maravillosa vivencia existencial. Que entre paréntesis es la experiencia que define la condición humana más universal,  la de “el estar ahí”. Que hoy amplifica ALENZA como “el estar ahí en el vino” y desde el punto de vista del vino la de  “el estar aquí en mi”. El ALENZA como vino de mediación extrema fue, de alguna manera equivalente, sin duda alguna, bebido por Platón quien decía que el vino despierta la filosofía, adormentada en la mente. O Sócrates, que el vino libera la verdad prisionera del corazón. El Tempranillo del ALENZA, se cosecha muy tarde al final de la vendimia cuando la fruta está muy madura. Y se cría por 36 meses en barricas de roble americano. No soy el único en decir que el ALENZA Gran Reserva 2001 está listo para beber. Entrado ya en plena madurez y complejidad. Vino de terciopelo e indescriptibles aromas frutales que acarician la nariz y el paladar con tacto delicado lleno de suavidad, ternura y seriedad como son los mejores vinos del mundo. Creo que está por encima de 96 puntos.

Salud.
Flavio.

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