El nuevo inicio de Chichi.
Esta meditación que sigue se aplica al dedillo a los amigos de la mesa de hoy, en especial a Chichi, quien sin ser parte de la mesa fue él mismo la inspiración que la hizo posible y hermosa, me refiero a nuestro apreciado chef Bienvenido Duarte, quien inicia el año 2014 como cocinero ejecutivo de dos restaurantes, La Aceituna y este, La Valentina, ambos ubicados en la calle 67, del barrio de San Francisco, a pocos pasos de la vía Israel.
Y ahora sigue la breve meditación anunciada.
Este inicio de 2014 me ha entregado algo mejor que el beneficio de ser un nuevo inicio, porque me llegó mejor, me llegó distinto y me llegó de buena manera. Ya que todo aquello que en general parecía irrecuperable en mí vida ha regresado nuevamente a mí como si fuese un primer encuentro. Y en la vida de mis amistades más cercanas igualmente noto que las buenas narraciones de sus noticias y de sus andaduras recientes llevan el toque primaveral de los seres que se re-encuentran y renacen mejorados. Porque sin duda alguna es bueno que una cosa sea nueva aunque sea igual a la cosa vieja que se sustituye porque dejó de funcionar. Pero tener algo nuevo de paquete que sea distinto y mejor es mucho más que bueno. Es lo que me llena de felicidad. Y se trata de esto hoy que estamos todavía al inicio de un nuevo año. Porque durante los inicios hay siempre tiempo disponible para llegar a ser mejores. Por ejemplo. Hoy 6 de enero los amigos Mauricio, Eduardo, Jack y Gerardo fuimos agasajados como Reyes por el súper amigo José Luis, dueño de La Valentina y de La Aceituna que en pocas semanas abrirá sus puertas a pocos metros de distancia, bajando por la misma acera hacia la calle 50. Todos los de la mesa conocemos a Chichi. Y tan importante como esto es el hecho adicional que él no solo nos conoce sino que conoce también nuestros gustos gastronómicos, en especial a Eduardo, un genuino conocedor de cocinas étnicas. Chichi es como los miembros de esta mesa porque logra ser mejor al pasar del tiempo. Por ejemplo, recientemente tomó un curso y se graduó con éxito de sumiller. Lo cual tiene el impacto positivo de ayudar al comensal a disfrutar del vino apropiado según el menú escogido. Al hablar en este artículo de Chichi y de los demás en los términos expresados, he querido representar una percepción generalizada y mediática de Panamá y sus gentes, como una comunidad firme y fuerte que no deja de crecer y de elevarse más y más alto como si cada instante de su vida fuese un eterno inicio ascendente, como nos explicó hoy el gran Mauricio.
Salud.
Flavio.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario