Vistas de página en total

jueves, 14 de julio de 2011

"CASA TUA" Jueves 14 julio 2011.

Casa Tua
Chef propietario Mássimo Espósito

Entre montes.
En el Vallecito del Monte Chiunzi los poblados cada uno con su nombre propio se agrupan todos bajo el nombre Tramonti. O sea, entre los montes. Tiene que haber sido en el Vallecito del Chiunzi en la Provincia de Salerno desde donde se expandió hacia el norte de Italia el culto de la pizza. Porque en ese vallecito, principalmente en el área de Tramonti, que es un conjunto de más de una docena de poblados todos con sus iglesias, plazas, etc.,  cada una de las residencias tienen un horno de leña para hacer la pizza. Y en consecuencia es una tierra privilegiada que produce trigo, albahaca, tomate y mozzarella como ningún otro lugar. Hoy más de tres mil pizzerías en el norte de Italia son propiedad de familias provenientes de Tramonti. Y Tramonti desde hace mil años se las ha visto de todos los colores durante las invasiones de los normandos, tribus germánicas de Escandinavia. Con los suevos, tribus alemanas de Baviera. Con la dinastía medieval francesa de los Anjou. Y por último bajo el reinado de los aragoneses del imperio de Aragón y Barcelona que dominaron todo el Mediterráneo hasta el siglo XV. Tramonti se parece mucho a Panamá en el sentido que por ese vallecito convergían todas las vías de tránsito terrestre hacia o desde el mar, de gentes y mercancías de la región. Se llegaba desde la época romana del sur por Salerno, Ravello y Amalfi. Del oeste, Napoli y Castellammare di Stabia. Y por ser un recorrido entre los montes, como ya vimos, por eso el nombre, Tramonti.
 
Y hoy con motivo de la toma de la Bastilla fui invitado por el chef propietario de Casa Tua, Massimo Esposito, a degustar junto con él una caprese muy excepcional a base de mazzarella confeccionada por él al estilo casero de los pueblitos de Tramonti, con tomates y albahaca especialmente aromáticos, como si fuese todo el conjunto una aparición producida por el mismo Vallecito del Chiunzi.


Y el Primer Plato algo digno de recomendar: raviolis rellenos de salchicha ahumada y hongo portobella, en un suave succo de tomate fresco con mascarpone y arúgula. Contrastes improbables entre la tierra húmeda y la tierra quemada. Entre la dulzura de la blanca flor de nata y la amargura del verde, como una réplica dramática de una hoja de vida verdadera...





Y el único vino posible para una cocina casi imposible fue el fuera de serie Cinque Autóctoni, cuya etiqueta lo dice todo.

Saludos
Flavio

No hay comentarios:

Publicar un comentario