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sábado, 21 de julio de 2012

"LA VALENTINA" Sábado 21 julio 2012.


CHEF ENZO FORNITO Y MAURICIO DE LA GUARDIA.

VINIBILIDAD, COMIBILIDAD
Y
FELICIDAD.

Hoy chef Enzo, Mauricio y yo la pasamos tan bien en La Valentina que sentamos las bases válidas para establecer la verdadera globalización del mejor tipo de entretenimiento en materia de comer, beber y conversar bien. Pudimos haberlo dicho en el almuerzo, pero no nos lo dijimos textualmente, que a gente como nosotros ese manierismo snobista, mediático y mitológico que de manera excesiva asocia la percepción del vino a sabores de frutas, de minerales y de especies nos parece solo bella poesía y crónica entretenida de percepciones subjetivas, que en verdad no dice nada sobre lo que debe ser importante en el acto de catar un buen vino. Porque lo que cada uno siente cuando se cata un buen vino no solo debe ser irrebatiblemente agradable al paladar y a la nariz, sino que sobre todo, y esto nos resulta mucho más importante que el resto, el vino debe tener también un buen estómago aunque nadie lo haya dicho hasta hoy, es decir, el vino al estómago debe caerle bien, en vez de caerle mal, como tanta gente tan a menudo se lamenta. Reafirmo este postulado cuando frente a la humanidad actual hay suficiente historia sobre los placeres asociados al vino desde hace más de 7 mil años de crónicas documentadas para saber que el mejor maridaje del vino requiere de tres participantes imprescindibles, el vino, la comida y el sexo. Un cuarto participante esencial, en ausencia de sexo, debe ser la compañía de una comitiva de amigos fraternos que sean de ingenio divertido y de tratos respetuosos e inteligentes. Porque lo que es importante  cuando se trata de los cuidados intesivos de un grupo de tertulianos entre si, es cumplir con ciertos requisitos referidos respectivamente al caracter del vino, al de la comida y al caracter de los participantes.  Primero, EL VINO, vale la idea de su perfecta “bebibilidad”, es decir, que caiga bien al paladar, a la nariz y al estómago. Segundo, LA COCINA, vale igualmente la idea de su elevada “comibilidad”, o sea, otra vez, nariz, paladar y estómago.  Y, finalmente, creo que es de obligatorio cumplimiento en relación con LAS PERSONAS, que hay que exigirles cierto nivel de protocolo, de buen gusto,  de bellas formas en su modales y trato, de espíritu informado y con un mínimo de curiosidad hacia la cultura genérica,  y sobre todo, que todos posean el gran poder de generar complacencias y placeres... Y hoy en La Valentina, la cocina de chef Enzo y nuestra mesa, la de Mauricio y Flavio, no necesitó del tercer sello de la excelencia, el sexo, para poder certificar, que fue un gran almuerzo ejemplar y de colección para repetir de manera interminable.


Saludos
Flavio


Y   F O T O S
Linguine al Pesto Genovese.


Fettuccini all´amatriciana.


El patio de La Valentina.


El GRAN TOSCANO
que distribuye
CANAVAGGIO WINE BOUTIQUE.

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