EL MERCADITO BIOLOGICO.
Todos los alimentos que se venden en la tienda son
frescos. Y son los mismos que se usan para confeccionar el menú del
restaurantito. Son productos agropecuarios naturales cultivados en varias fincas
panameñas que usan métodos muy apropiados de producción natural y no
contaminante, ubicadas en Boquete, Penonomé, Rio Hato y Barú. Los alimentos en
conserva, locales o importados, son también muy selectos y saludables, como el
atún salvaje, los quesos, el ajo negro, los cereales integrales, los pollos
franceses criados en Rio Hato de la famosa patente Sasso-Label Rouge, los
aceites que son todos de extracción en frío, etc. Y el menú inspirado en
estrepitosos conceptos científicos que hacen de la mesa de comer el mejor lugar
para asegurar la buena salud y la sanación, si ese es el caso. Es un local bastante estrecho, adentro entre mesitas y anaqueles y afuera en los
estacionamientos, que aun así recomiendo con mucho entusiasmo y cariño, porque
es sitio amistoso y fácil de entender y de querer, ya que su seductora excelencia depende de dos cualidades excepcionales.
Primero, el contenido saludable de su
oferta comercial, y segundo, el tipo especial de clientes y comensales que lo
frecuenta asiduamente porque llegan allí para identificarse con estados
mentales positivos y relajados, como parte de la aceptación de una filosofía de
respeto hacia la integridad de la vida animal y de la naturaleza verde. Y así
participar y contribuir en este antiguo proceso de salvación del mundo y de la
humanidad, en curso de ejecución desde hace miles y miles de años para
configurar una realidad urbana y agraria mejorada.
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