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domingo, 9 de enero de 2011

"SDS WINE BOUTIQUE" 30 DICIEMBRE 2010.

Memorias de amores olvidados.



La penúltima tarde antes de fin de año algunas historias de cuatro amigos las narramos alrededor de un viejo tonel de vino. Era el 30 de diciembre del 2010 a las tres en punto de la tarde, en SDS WINE BOUTIQUE, Costa del Este, ciudad de Panamá. Fuimos cuatro quienes nos reunimos para practicar el culto sagrado de la cata. Se trataba de Roda y Traslanzas.  
Y, sobre todo, para escuchar una lectura erudita y ética sobre la ciencia y el arte de la jubilación, en las sabias palabras del amigo Humberto Silva, padre de Selva, esposa de Oriol.
Y además, ese viejo barril de vino sólido como un altar romano fue la mesa del gran Jordi Serra, padre de Oriol, sobre la cual apoyó el cuerpo blanco de una hoja de papel y el  ánima negra de un lápiz de madera, para arriar la fuerza compresora de tres generaciones de Serra, genios y figuras todos de las artes plásticas. Cerámica, pintura y escultura. Y en esa página  imprime su trascendente visión de todos nuestros gestos y palabras expresados esa tarde. El dibujo que aparece me conmueve porque resume la naturaleza profunda de nuestras cuatro vidas que inventamos esa tarde.  Vidas inventadas en sentido florentino de aquellos tiempos de Da Vinci, cuando la palabra inventar significaba descubrir nuevamente algo olvidado que antes existió. Todas nuestras cuatro historias fueron inventadas para celebrar las memorias olvidadas del amor.
Eso dice el dibujo de Jordi Serra dedicado a mí, Flavio. Y de esa manera los cuatro amigos señalamos nuestros votos por un nuevo año lleno de renovadas esperanzas.
Mi lado izquierdo mejora en la sombra, cuando mi lado derecho se deja iluminar.

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