Alkimia
La belleza es simetría.
Las reuniones almuerzos con mi hija son para mí acontecimientos estrepitosos, ciertamente desde antes de ella nacer cuando era ya mucho más que el deseo en un sueño de amor. Quizá como consecuencia de alguna coreografía metafísica diseñada desde la eternidad para que sucedan con ella, al margen de nuestras voluntades y querencias, las situaciones más improbables. Este domingo 12 de junio en el restaurante de tapas andaluzas de Toni Núñez, Alkimia, se tejieron entre sí y entre nosotros fascinantes sucesos. En primer lugar la aparición poética de Adriana, colega de mi hija en Unicef. En primer lugar también Toni y sus amistades sorprendentes. Y no podrían quedar en segundo lugar ni los vinos, ni las tapas. Fue un torneo de galas renacentistas en donde todos salieron vencedores. Es larga la lista de vinos catados y de tapas degustadas durante muchas horas. Pero los Crianza y Reserva de Ramón Bilbao y el Sela de Roda del amigo Oriol Serra son vinos que se maridan a la perfección con las bondades gastronómicas de la excelente cocina de Toni Núñez, con su carácter social, comunicativo y revelador, y con algo legendario que palpita en un bello ambiente de intensa camaradería. Quizá porque es oriundo de la mítica Almería, una tierra milenaria hecha por Titanes y Dioses, cuyos frutos de la tierra son los hombres y que hace medio siglo también me enseñó a creer y a inventar la dicha del buen vivir. Saludos. Flavio.
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