Casa de Tichi
Jueves 15 diciembre 2011.
El grupo de hoy.
JAIME, OMAR, TICHI, NELLY, JACQUELINE, HUMBERTO Y FLAVIO.
Desde la primordial ilusión
del esperado beso del amado,
hasta hoy,
pasaron milenios.
Tichi entregó a sus invitados un enorme regalo navideño al cual le dio la forma de un encuentro entre amistades. Que nos conocíamos de años atrás. Este regalo fue envuelto con las finas delicias del almuerzo de hoy, gracias al cual degustamos dos modelos alimenticios diseñados para ajustarse a dos tipos de preferencias gastronómicas. También fue un encuentro diseñado sobre todo para disfrutar de una composición de personalidades articuladas cuyos diversos estilos de inteligencias armonizaron a la perfección. Los aperitivos, las entradas y sus entornos se presentaron en una primera variante como delicadezas vegetarianas típicas de la dieta curativa del Dr Esselstyn que seguimos con fidelidad Tichi y yo. Y en una segunda versión alternativa se presentaron inolvidables preparaciones de platos orgánicos y naturales compuestos para el gusto de quienes pueden seguir alimentándose de proteínas animales, salsas, aceites y grasas no saturadas que, por supuesto, degustó de manera entusiasta el resto de la comitiva. Todas las variantes de recetas fueron ideadas por Tichi con gracia de gourmet sabida y presentadas sobre la mesa con apasionado buen gusto y con una arquitectura decorativa que inspiraba también a la práctica colegiada de la serenidad y de la comunicación. Porque las inteligencias presentes no admitían dialécticas confrontables aun siendo tan diversas, por ser bien complementarias entre sí. Como, por ejemplo, el virtuosismo culto y aristocrático en Nelly y Jaime. Como Humberto, noble y sincero, quien me obligó, sin saberlo él, a reprimir mis impulsos ancestrales. Como Jacqueline, un blanco misterio que hace siglos vino del norte europeo saturado de precisión y de verdad. Como Omar, quien me sorprende siempre por la potencia global del significado que fabrica alrededor del dato con lenguaje de elevada calidad literaria. Y como Tichi, una ruta mágica inevitable para adentrarse por el mundo de las percepciones insólitas, como fueron los grandes destinos propuestos por ella. Es el caso de la vivencia del futuro, de la invención de la eternidad y del arte de dibujar con palabras las geometrías de la perfección. Algunas de todas estas cualidades que yo abusivamente me he permitido individualizar en cada uno, pudieron sin embargo ser intercambiadas inadvertidamente entre los presentes…como estampillas de colección. Me pareció entonces descifrar durante el transcurso invisible de estos comercios de valores celestiales algo exactamente parecido al antiguo testimonio del mito mesiánico. Y sentí el soplo de la inmortalidad agitarse entre los presentes con la manifiesta intención de no irse jamás… Y percibí entonces con certeza inapelable que el estado del nunca morir que penetró implacable entre nosotros, tendría sentido sólo en casa de Tichi, junto con los amigos que seleccione Tichi y, por supuesto, con Tichi… Así es que embriagado por el soplo torrencial del infinito, el abrazo afectuoso de la eternidad y la invasión estrepitosa del perlado collar que en mis venas rendía el espumante espíritu del vino, fui obligado a descubrir la ilusión oculta en aquel antiguo enigma sufí descrita en un poema de amor islámico…
Dijo el amado al amante:
“Si quieres un beso mío,
págalo con tu vida”…
Y fue la respuesta:
“¡Es una ganga! …
¡Acepto!”…
Una historia de amor terminal e improbable, muy parecida a otra ocurrida entre el inmortal y Divino Amante quien a cambio del beso prometido por el amado pagó con su vida… sobre la leña de una cruz… mientras hoy, dos mil años después, desde su infinita eternidad sigue aun viva en Él, creo yo, la bella e indeclinable ilusión del esperado y prometido beso del amado…
Saludos
Flavio.
Desde ellas
El guiño de estrellas.
TICHI
Desde el balcón.
LA CIUDAD NUEVA TIÑE DE VERDE EL CEMENTO
PARA VENCER EL VIEJO BOSQUE VERDE
DE LA ANTIGUA “PANAMA LA VERDE”.
Desde la mesa.
GASTRONOMIA ORGANICA