Vistas de página en total

miércoles, 21 de diciembre de 2011

"CASA DE MAURICIO" Martes 20 diciembre 2011.



El cuchillo jamonero.

Al pasar de los años se me hizo cada vez más cierta la sospecha fatal que a todos al nacer se nos entrega una cantidad fija de latidos del corazón, lo cual establecería así un plazo máximo de vencimiento de la vida. Y eso podría implicar una fascinante posibilidad. La de adquirir más tiempo prestado de vida en dependencia de la velocidad de consumo de nuestro capital de latidos. La economía de la vida sería entonces un asunto de ahorro o desperdicio de ritmo y velocidad. O sea, más lento late el corazón más larga sería la vida y viceversa. Precisamente pienso esto y lo que sigue, hoy martes 20 de diciembre 2011. Recuerdo aquel día de ira  en el cual una maldad militar toda nuestra fue sustituida, con crueldad inaudita, por otra maldad militar, extranjera y de peor brutalidad. Frente al final de este mes de diciembre que cada año impone reflexiones profundas sobre la paz, la compasión y la prosperidad es que se me ocurre sufrir de estas dos memorias ácidas y amargas, la vida efímera y la perversidad deliberada. Sin embargo rápidamente le impongo silencio a dicho parloteo mental porque estoy en medio de mi obligada caminata cardio de una hora diaria. Y fue en ese preciso instante en que el mal se extinguía poco a poco en mi mente, que sucedió, como por milagro, el afortunado encuentro con el querido amigo Rubén. Evento que terminó de extinguir definitivamente todo vestigio remanente de esta perturbación mental. Dijo Rubén que está  saliendo de viajes junto con toda su adorable familia, en pocos días, para pasar Navidad y Año Nuevo en Buenos Aires con sus padres y parientes. Y al unísono nos enfrentamos al imperioso deseo de despedirnos antes de su inminente partida.  Suena el teléfono de Rubén. Es Brecha, quien quiere saber qué hacer luego. Rubén le confiesa que está conmigo y que pensamos reunirnos esta misma tarde para despedirnos. Entra en escena telefónica Mauricio quien por otra de esas milagrosas casualidades inherentes al ritmo de la vida, revela que está comprando una pierna entera de Pata Negra para gustarla con nosotros antes de Navidad. Pero como Rubén está saliendo de viajes y para hacer la historia corta, una cosa llevó a todas las otras cosas en un santiamén de encadenamientos afortunados e incontrolables. Cada uno de nosotros cuatro propuso aportar vino de gran clase y cositas de picar. Mauricio quiso jamonear el ibérico en su casa y ofrecer él las cositas de picar.  Y hacia la Casa de Mauricio decidimos encaminarnos esta misma tarde. Y de aquí en adelante esta narración de palabras queda sustituida por la narración fotográfica que sigue.

FELIZ NAVIDAD Y NUEVO AÑO 2012
LES DESEA
Flavio Velásquez.

El jamón Ibérico de recebo.
Don Saturnino,
Guijuelo, Castilla y León.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario