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sábado, 17 de diciembre de 2011

"CASA TUA" Viernes 16 diciembre 2011

CASA  TUA
Viernes  16 DICIEMBRE  2011.

*
Viva il vino ch'è sincero
e che ci allieta ogni pensiero,
e che affoga l'umor nero,”

El vino deja improntas indelebles
Que se llevan colgadas en el pecho
Como medallas de honor.

La ruta del vino
de San Francisco

Hoy al medio día, en la nueva y bella tienda de vinos de Jack Canavaggio al final de la vía Porras, encontré un vino espumante italiano recién llegado en cuya  etiqueta dice brut, pero que al catarlo resulta que es más bien un blanco amable, muy alejado del brut francés que conocemos. Y ahora que menciono “via Porras” se me ocurre pensar que esa calle es ya la ruta del vino de San Francisco. Porque casi al inicio del down-town de restaurantes italianos del barrio se encuentra la Bodega Mi Amiga, después, casi a medio camino de su extensión se construye la tienda de vinos de Motta, y al final para cerrar con un exclusivo broche de platino y diamante, Canavaggio Wine Boutique, del extraordinario amigo Jack. Bueno, continuo con mi narración. Ese vino ofrecido por Jack me llevó de manera inevitable derechito a Casa Tua, en donde Massimo y yo lo catamos con gran curiosidad. Y nos pareció agradable y aceptable. Para ajustarse a dicho vino Massimo preparó el siguiente sensacional maridaje: pennettes integrales en salsa de tomates naturales muy reducida y vegetales frescos. Así complació mi nueva inclinación indeclinable a favor de una alimentación curativa a base de plantas. Esta nutrición curativa de alta calidad la recomienda el Dr Esselstyn a quienes, como yo, sufrimos de enfermedad cardiaca, con la certeza que si la cumples entonces la acumulación de plaquetes y la consecuente disfuncionalidad del endotelio es totalmente reversible con esta dieta a base exclusiva de frutas, leguminosas, granos integrales y vegetales. Doy testimonio que es así.  Permítanme seguir con mi narración. Esta pasta, como siempre, resultó ser una pequeña joya de arte de la mejor cocina mediterránea tradicional en Casa Tua, aquí en Ciudad de Panamá. Entonces, por impulso de corazón contento sin tener barriga llena,  la vista se fue a incursionar a lo largo y ancho del pequeño lugar. Siempre lleno. Siempre animado. Siempre poblado de gentes célebres, sonrientes y complacidas. Y pensé que a pesar de no tener suficientes estacionamientos, los clientes de Casa Tua se las arreglan como puedan por las estrechas calles de los alrededores de este viejo barrio, el cual hoy sufre terriblemente el hacinamiento vehicular que genera la intensa fase de crecimiento y de prosperidad en curso en toda la República. A tal punto que aceptan estoicamente las duras dificultades que ocasionan los tranques permanentes en este barrio y la absurda ausencia de espacios públicos para estacionar. Vienen aquí simplemente porque la cocina de Massimo vale la pena. Porque aquí en Casa Tua existen condiciones profesionales de elevada excelencia, de atención ordenada y esmerada en cada mesa y, sobre todo, de una potente cocina artesanal, culta y personalizada. Afortunadamente este complejo de cualidades culinarias existe también en algunos restaurantes  de alta clase aquí en Panamá. Y pienso que en general, quienes tenemos firmes esperanzas en el futuro de Panamá, sufrimos inmensamente  el lamentable estado actual de las prestaciones laborales referentes a todos los servicios personales, como por ejemplo, plomeros, electricistas, albañiles, meseros, domésticas, cocineros, etc., como resultado de una actitud deliberada e irresponsable por parte de un excesivo número de empresarios, de trabajadores y de gobernantes panameños. En mi opinión esto constituye una vergonzosa y lamentable tragedia nacional. Y pienso también que esta conducta laboral irresponsable y generalizada es la forma más grave y efectiva que se practica sistemáticamente en Panamá para comprometer el avance del proceso civilizador de la cultura universal en Panamá. Avance que es plenamente factible en estos momentos. Un progreso que desde hace diez años de manera  vigorosa, acaricia “nuestros lares” con generosidad. Y pienso que esa perversidad productiva es lo que empeora los ya catastróficos efectos que crea la crisis global. Como también contribuyen a dicho empeoramiento el aumento de la inequidad y de la corrupción. Y noto que a pesar del visible crecimiento económico en curso, la falta de una cultura de trabajo responsable que sea eminentemente  productiva y puntual representa el factor determinante que hay resolver con urgencia prioritaria porque ya se nota que está  frenando de manera visible este progreso, en especial el sector gastronómico de alta calidad. Y además es obvio que cada vez hay más componentes de la población cuyas condiciones de pobreza y exclusión empeoran que anticipan una crisis más severa aun que la que ya estamos padeciendo. Y pocos, demasiados pocos, somos quienes estamos reaccionando positivamente para hacer algo efectivo que salve a este país.

Saludos
Flavio.


 

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