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domingo, 16 de diciembre de 2012

"Los Años Locos" Sábado 15 diciembre 2012

Ricardo, Diego, Héctor, Mauricio, Flavio y Mayoral


El Cartel de los Sábados
Acta No. 13-2012, Los Años Locos, sábado 15 diciembre 2012.
Habas  sin  fronteras.

El 20 de diciembre, día de la invasión, que en Panamá recuerda el  final de una historia, podría ser este año la víspera del fin del mundo, para marcar un grand finale espectacular que nadie recordaría si así fuese. Pero los mayas como los apocalípticos cristianos de los milenios europeos que han visto venir varios finales del mundo, no tienen credibilidad entre los descendientes de los conquistadores del imperio español horrorizados porque los mayas hacían sacrificios humanos, incluyendo niños, según una óptica civilizadora de patente castellana. Sin embargo esa sociedad de salvajes tropicales tenía el mismo tipo de estratificación social que los salvajes civilizadores españoles. Hay una carencia de auto crítica por parte de los mayas, muy parecida a la de los ibéricos. Los mayas se referían a sus nobles, que eran dueños del poder administrativo, militar y religioso, como “los que tienen padres y madres”, para mostrar quizá una culpa y una inferioridad bastarda por parte de las grandes mayorías. O sea, hay actitudes que perduran siempre, como son las proclamas de inocencia de los asesinos, quienes al vencer por la fuerza se apoderan de la memoria colectiva escribiendo sus falsas historias. Por suerte estas movidas mediáticas son prevenidas por la visión anticipatoria de la Bíblia sobre  “la viga en el ojo del malvado”.
También en el morir nos parecemos  a los mayas, como los mártires quienes por sufrir y morir voluntaria y valientemente, merecen nuestra admiración y reconocimiento. En verdad la muerte entre los mayas también fue estremecedora porque reitera que es la forma de morir lo que te acredita ir al cielo. Y no el contenido de una vida  buena. Al cielo maya van quienes han sido agraciados por “la muerte sagrada” en especial los guerreros muertos valientemente en combate, las mujeres muertas en parto, los que mueren en sufrimiento, los que por voluntad propia se matan, etc… Sin embargo hay diferencias entre los dioses mayas y los nuestros.  Los dioses mayas crearon a la humanidad  por necesidad nutricional, ya que tenían que alimentarse de sangre y corazones humanos, porque en dichos ingredientes estaba la celestial energía del sol que necesitaban para asegurarse la inmortalidad, como la ambrosía de los dioses griegos. Después que acá entre nosotros, hace varios milenios, desapareció del folklore judío la diosa mesopotámica Lilith, la cual tenía los mismos hábitos gastronómicos que  los dioses mayas, la humanidad decidió invertir los factores del banquete litúrgico y ahora nuestros ceremoniales religiosos nos permiten alimentarnos con sangre y cuerpo de nuestros dioses, como fuente mística de energía celestial. Entonces para terminar, queridos amigos de los sábados, eso que se dice siempre  sobre las habas y que en todas partes se cuecen, creo que es verdad, con una salvedad: “en todas partes y épocas”. Y consecuentemente, las afirmaciones taxativas e imperativas sobre el monopolio de la verdad, son de dudosa sustentación.

Saludos
Flavio




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