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sábado, 8 de diciembre de 2012

"TOMATE Y AMOR" Sábado 8 diciembre 2012.



Jeanette crespo - Lamammadismenia,
Flavio velasquez - Ilbabbodismenia 
e
 ismenia !.

Hoy día de la madre en
Tomate y Amor
Hemos disfrutado
 Uno de los almuerzos
Mejor confeccionados por su chef y propietaria
Zena Sabagh.
¡Día madre!

En su ballet “Leda y el Cisne”, Roland Petit coreografió la famosa leyenda íntima entre el capo de los dioses del Olimpo griego y una mujer mortal. Pero dicha coreografía solo ilustra de manera unilateral el punto de vista de la dama. O sea, de lo que habría tenido que ser la sincera percepción de  la Reina Leda, casada con el Rey Tindaro de Esparta, sobre el acto sexual entre ella y el otro, su amante, por lo visto, un hombre  muy bien parecido, muy especial y muy poderoso. El lenguaje corporal de Leda muestra que se siente gratificada de muchas maneras, por supuesto, gracias al marido y al imponente amante. Porque evidencia que es receptora de al menos, tres privilegios,  a saber: de la verdad revelada vertida en su mente por las vicisitudes del acto,  de la llenura emotiva vertida en ella desde una ilusión muy femenina y, sobre todo finalmente, de una plena satisfacción física y orgánica. Es decir, en la interpretación coreográfica de Roland Petit, Leda ciertamente percibe a su amante no como un cisne, sino como lo que es: un hombre de carne, y quizás, cosas del amor, por un brote de exuberancia creativa encendida en su fantástico apasionamiento, como un ser divino. En el primer caso,  siente la cercanía del hombre en todo el esplendor erótico del poder masculino humano y en el otro,  en la inefable, gloriosa, ruda e incognoscible supremacía del ser supremo. Leda vive una experiencia estrepitosa que, entre paréntesis, también vivirá en su momento su propia hija, fruto excepcional de ese amor, con consecuencias apocalípticas para la humanidad y que trascendería los milenios. En la transcripción del evento que propone el mito mediático que todos conocemos, sin embargo, primero se sustituye al amante desconocido por  la figura del Dios Supremo y despues se sustituye a éste por la apariencia de un agresivo pájaro, un cisne blanco, lo cual,  en mi opinión y de manera misteriosa desestima la grandeza real del acto sexual humano común y corriente entre un hombre y una mujer, tal y cual es. Pero en  la antigüedad, son frecuentes estos  cuentos de Dioses encubiertos bajo apariencias de aves y animales silvestres, mientras  se entretienen al yacer con los mortales.  Estas ficciones animalescas cargadas de gráciles y bellos ritmos poéticos fueron expedientes narrativos usados a menudo en la antigüedad para darle cierto caché de misteriosa excepcionalidad al encubrimiento de  relaciones amorosas entre humanos, siempre muy comunes y normales, pero poco convencionales. Y terminaron por ser sólo eso:   metáforas escenográficas destinadas a crear motivos y manierismos nuevos entre las comunidades de artistas de todos los tiempos. Y también reforzaron protocolos confesionales entre las comunidades sacerdotales de los antiguos griegos y sucesivamente hacia el porvenir,  apuntalaron ese  mismo tipo de creencias innaturales entre sus futuras progenies... o sea, nosotros… En definitiva, finalmente, como es natural, el amor entre dicho Dios y la dama humana en cuestión, dejó varios frutos notables. Uno de ellos fue nada menos su bellísima hija,  Helena, seductora,  semidiosa e inmortal,  que siendo Reina de Esparta, como su madre,  y además casada con el Rey Menelao, dejó su marido, se fue con otro, el Príncipe Paris de Troya,  y creó la más devastadora explosión de pasiones, de amores y de odios de la antigüedad clásica. Ella fue la causa o la escusa de una catástrofe geopolítica mundial que hizo posible el nacimiento de nuestra civilización occidental. Pero todo este embrollo de geografía humana y de fundaciones de nuevas fronteras imperiales no tiene nada que ver con el micro incidente íntimo que revelado por la coreografía de Roland Petit, solo narra, con la simpleza de una línea recta, el  amor natural y bello entre dos personas adultas y maduras, sin importar sus consecuencias… Pero finalmente, al respecto, para conmemorar el ocho de diciembre, apunto que la maternidad es siempre un estadio creativo clamoroso muy similar al concierto bilateral tipo big bang que la origina.

Saludos.
Flavio
Leda y el cisne.
Música:  Johann Sebastian Bach
Coreografía:  Roland Petit (1924-2011)
Olga Esina* & Alexander Sergeyev **
Marzo  29,  2012, Teatro Mariinsky, St. Petersburgo.


*1ª Ballerina Principal del Ballet Estatal de Viena, Austria. Estudió en la Academia Vaganova y por varios años fue parte del cuerpo de ballet del Teatro Mariinsky,  St Petersburgo.
**1er. Solista. Mariinski Ballet, graduado en la Academia Vaganova,  St Petersburgo.
NOTA. Las notables Ledas coreografiadas por Roland Petit antes de Olga Esina, son la formidable Prima Ballerina francesa de la Ópera de París,  Dominique Khalfouni, hoy profesora de danza en París.  Y la inefable Prima Ballerina rusa del Mariinsky,  Altynai Asylmuratova, hoy directora de la Academia Vaganova,  St. Petersburgo.

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