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jueves, 12 de septiembre de 2013

La Valentina 2013 septiembre 11

A la mesa de La Valentina
Llegan desde la cocina los manjares que al ritmo melódico de pailas y fogones fabrican las manos refinadas de  Enzo para complacer la espera ilusionada del comensal.

Y llegan esos platos a la mesa de La Valentina para dejarse seducir por los labios y los besos del comensal
Y por los labios y besos del verde follaje
Que desde el vergel del patio llegan  
A la mesa de La Valentina,
A través del cristal de la ventana,
Tomadas de  las manos luminosas
De un cálido rayo de sol…



Bruschetta de tocino de salmón con pimiento morrón a la parrilla.  
Magret de pato encamado con cebolla roja caramelizada

Burratina gringa encamada con gnocchi al pomodoro y menta.  
Langostinos alla Sambuca encamados con risotto nero en tinta de calamares.


Speechless Fish

Alexandra,
Supervisora de mesas, quien gusta de vinos y vino de Viena  
Para hacer posible que el personal que sirve
La mesa de La Valentina proponga al comensal
Un servicio tan bueno e inolvidable como el que Enzo,
Quien también gusta de vinos y vino a Panamá
Desde La Tierra del Vino de Abruzzo,
Lo  hace junto al personal de cocina.

Vinos de garaje a la panameña.
Catarrato/Chardonay 2011.
Grillo 2011.
Nero D´Avola.
Pinot Grigio del Véneto 2011.
Brachetto D´Acqui 2012.

El casertino Danilo Di Nuzzo
A petición mía nos ha presentado nuevamente una cata de algunos vinos sicilianos confeccionados especialmente a la medida de su empresa panameña. Y esto me obliga a entender el concepto bordelés “vino de garaje” de una manera diversa al original y absolutamente insospechable. O sea, que a diferencia de los vinos de garaje originales de Burdeos que desde los noventa se fabricaron para expresar rebeldía contra el rígido formato de cultivo y crianza de los grandes vinos de Burdeos, lograron consolidar un novedoso y genial grado de libertad técnica en la fabricación de grandes vinos de guarda y complejidad perfectamente equiparables a la elevada calidad impuesta por viejas tradiciones. Por eso y por mi propia rebeldía he decidido abusar de dicha frase para entender otra cosa muy diversa cuyo nuevo significado sería menos pretencioso y mucho más comprensible. Creo por tanto que estos “otros” vinos serían más bien de gran aceptación por sus precios muy  bajos, los cuales son posibles por la súper-abundancia de producciones regionales que en vez de asegurar la confección de vinos de largas guardas y estructuras complejas, más bien tienden a asegurar  un elevado gusto de fruta joven y fresca, muy adecuado al gusto promedio del  mercado internacional, el cual rechaza masivamente los precios elevados y los manierismos de sabores complicados. Para mí, gracias a Danilo, ha sido la revelación de un nuevo módulo de experiencia gustosa, rejuvenecedora y confortante. Le entrego mis mejores espaldarazos al amigo Danilo porque en esta disponibilidad comercial de vinos  de Sicilia hechos con uvas internacionales y con varias uvas nativas rescatadas de la extinción, yo veo un acercamiento interesante a la difícil tarea de educación pública que podría fortalecer la  ampliación del consumo popular del vino en Panamá.

Salud.
Flavio

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