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jueves, 15 de septiembre de 2011

"EL BODEGÓN" Miércoles 14 septiembre 2011.

Gobindjit Singh Dhaliwal, Flavio Velásquez, Lupe y Ramón Barreiro y Juan Antonio Vaquero.
En El Bodegón - Cena degustación y cata del miércoles 14 septiembre 2011.


La  creación.
Portada de uno de los programas del “Haydn Year,” en 2009.  
Ese año se cumplió el aniversario 200 de su muerte, acaecida el 31 mayo 1809

El Bodegón comprobó anoche que en materia eno gastronómica se encuentra entre los niveles más elevados de calidad del primer mundo. En este sentido, desde hace decenios, nada me sorprende del amigo Ramón Barreiro y de sus dos hijos, Lupe y Ramón, porque dicha excepcionalidad está en sus naturalezas distinguidas y elegantes. Y porque en esta cena especial, tuvimos el privilegio de catar grandes crus de la Borgoña ofrecidos por el refinado amigo Gobindjit Singh Dhaliwal y porque además, también tuvimos el inmenso privilegio de degustar los platos admirables propuestos por el formidable chef Álvaro Perrino Calvo. En otras palabras, recibimos todas las evidencias posibles que demuestran la ejemplar excelencia de este restaurante y sus gentes. Para comenzar se calentaron los motores en la ante cena con un Régoa 2008, un interesante vino gallego confeccionado a base de uvas autóctonas de la Ribeira Sacra, la Mencía y la Alvarello. Se inició el carreteo con un Carpaccio de res a la mostaza antigua aromatizada de trufas. Delicadeza culinaria escoltada a sus flancos y con intenso cariño por la caricia floral de un Clablis Grand Crus 2002, vino este que también como el anterior proviene de la cava de El Bodegón. El resto de los vinos fueron ofrecidos por el amigo Gobindjit Singh Dhaliwal. Despegamos con una Pasta al Ragú de Cordero en aceite de Trufas empujado a las alturas por la fuerza incontenible y ascendente de Le Corton Grand Cru 2002. Una ascensión mística que parecía no tener límites frente al acercarse inminente de la cúpula celeste. Y mientras estábamos alucinados por esta percepción bíblica, sucedió el evento más estrepitoso de la noche, y quizá de nuestras vidas, porque si bien ya estábamos volando a tan gran altura, casi sobre el umbral del firmamento, y a tal punto que sólo esperábamos precipitar hacia el abismo profundo cubierto de  nubes por debajo de nuestros pies, fue cuando apareció más arriba de nosotros, frente al oscuro manto del espacio galáctico, un radiante Magré de Pato en reducción de Porto y fresas, el cual apareció transfigurado por el aura mística de un Echezeaux Grand Cru 2004. Y entonces comprendimos el sentido de la vida y el milagro que representan los frutos de La Tierra, patrona de nuestra madre casa, quien generosamente nos regala dichos frutos con la condición que los disfrutemos y que a ella, La Tierra, la respetemos y la amemos. Y así fue. Sentimos esa revelación salvadora que glorifica a la Madre Naturaleza. No puedo decir nada más sino, ¡Gracias!, por la noble compañía, mis queridos amigos, Lupe, Ramón, JuanA y Gobi. Gracias por invitarme a esta increíble experiencia en donde una juventud panameña, como ustedes,  y que no ha llegado todavía a los treinta años, ha llegado sin embargo a estos niveles de aprecio a La Madre Tierra, de glorificación del buen gusto y de respeto a la vida buena y sana. Felicitaciones jóvenes amigos, porque ceremonias como la que ustedes han celebrado hoy en verdad, en verdad os digo, le dan plena razón de ser al Acto Sublime de La Creación, con la misma adoración y alegría de vivir propuesta e interpretada por Joseph Haydn en su gran oratorio coral, “Die Schöpfung“.

Saludos
Flavio.

Álbum de Fotos.
Ramón Barreiro hijo.




Naturalmente que catamos el Clos de Vougeot Grand Cru 2003 frente a una bandeja de quesos al final. Un cierre y un  regreso a tierra firme de manera aterciopelada, por tratarse de un perfecto Borgoña, completo, en su punto y lleno de los misterios de esos terruños.



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