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jueves, 19 de enero de 2012

"CASA TUA" Jueves 19 enero 2012


CASA  TUA

Jueves 19 enero 2012.


Cata y maridaje de
COLOMÉ RESERVA MALBEC 2008
Del Grupo Hess.
DISTRIBUIDO POR JACK CANVAGGIO
AL FINAL DE LA VIA PORRAS.

NOTAS DE CATA.
Salta, en donde se producen los vinos Colomé se encuentra 500 kilómetros al norte de Mendoza. Para compensar esa latitud más cercana a los climas del trópico interviene la altitud extraordinaria de las áreas de producción que se encuentran a más de dos mil metros en terrenos caracterizados por el mismo tipo de estructura de suelos que Mendoza. Las vides de Malbec son muy antiguas. Entre 60 y 150 años. Además son vides pre-filoxeras. La cata que adelantamos Mássimo, Mirko y yo nos sorprendió y nos agradó muchísimo. Porque resultó ser  un vino de guarda y de gran cuerpo. Fuerte grado alcohólico a casi 16%, fuertes taninos y  fuerte acidez, lo cual como estructura y complejidad se sale de lo que es común y corriente para un Malbec argentino. En barrica francesa por más de 20 meses, un lujo al estado puro. Lo cual asegura un interesante balance entre la madera y la fruta que es cautivante, delicado y distinguido. Nos agradó mucho a los tres. Su precio a US$60.00 revela una relación valor/calidad muy apropiada, considerando que en diciembre 2011 Robert Parker le acreditó un puntaje de 94 a este Colomé Reserva Malbec 2008.

Catadores:
 Mássimo Espósito, Mirko Ghianda (En la foto) y Flavio Velasquez.


El primer plato fue una sorprendente Berenjena a la Parmesana hecha para adaptarse a mi condición cardíaca. Es decir con poco aceite, poca sal y poca mozzarella y moderada lluvia de parmesano. No tenía nada que envidiar a la preparación corriente, al punto que probablemente imaginé que tenía poco de todo.


Los Ñoquis llegaron en Salsa de Pomodoro cubiertos de tartufo fresco y  rúculas. Un contraste tan moderno y seductor entre la cubierta fresca y el fondo especioso que me obligó a comer primero todo el verde de la cobertura  para descubrir visual y gustativamente cuál era  el contenido de lo que había debajo. Entonces sucedió lo máximo. Porque encontré en mi plato un paraíso gastronómico terrenal perdido, al ingresar por la nariz un ente etéreo vestido de suaves y dominantes aromas a queso passito y a queso fresco tocados por la magia del humo de la leña del roble y por las brumas húmedas que hacen brillar las yerbas de montaña. Nunca sabré qué era todo ese desfile de sensaciones. Es probable que dichas esencias escaparon del Abruzzo más exclusivo. Es probable que estuve en presencia de una gran tradición histórica totalmente al margen del conocimiento de los mercados extra regionales. Nunca lo sabré. Pero quiero creer que si no era Guanciale Affumicato pudo haber sido ciliegina, bocconcino, nodino, scamorza o treccione, los quesos históricos del Abruzzo que nadie conoce.

Saludos
Flavio

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