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miércoles, 3 de noviembre de 2010

"CAMINITO" 18 septiembre 2010.



Este sábado 18 de septiembre 2010, fuimos dos los únicos miembros de El Cartel, Héctor y Flavio, que nos reunimos. Carlos se excusó por incidentes imprevistos y de último minuto en la mudanza a su nueva y definitiva residencia. Todas las ausencias están debidamente sustentadas. Al respecto declaro formalmente que nos hizo falta la presencia programada de Carlos. Y, por supuesto, las presencias del resto de los amigos, cuyas ausencias fueron debidamente anunciadas.
Veamos esto. Rubén es huésped de honor en casa de amigos ricos y famosos de los EEUU. Me informa sobre su importante estadía en Las Vegas en estos momentos y el disfrute genuino, junto a su familia, de ambientes frecuentados por celebridades de plateas políticas y artísticas del Estado de Nevada. También Mauricio, vía Facebook, mantiene una discreta “bitácora del presidente” a lo largo de su recorrido actual por la inmensa geografía de la China continental, entre Budas sentados o acostados y unicornios dorados. Se viaja a China, entre otras cosas, para descubrir el paraíso terrenal del capitalismo del siglo XXI, algo que de existir algún día aquí en Panamá, nos haría mucho más grandes, exitosos y felices de lo que hemos sido desde hace siglos. Porque nosotros más que los chinos somos gentes privilegiadas por un posicionamiento geográfico favorable a los negocios. Y como China nuestro país sigue dominado ininterrumpidamente desde hace varios siglos por las ingeniosas vivezas de una oligárquica que por suerte recientemente ha sabido reconfigurarse aquí en Panamá. Es decir, los dueños beneficiarios de la posición geográfica , desde antes de la invención del Canal y de la República, es decir, desde los tiempos de El Camino Real y de El Camino de Cruces, siguen dominando el país un poco aislados de las mejores oportunidades que ofrece la globalización, de manera tal que las descomunales riquezas que hoy existen aunque mal distribuidas son sólo migajas comparadas con las riquezas que podríamos disfrutar con otro tipo de clase dirigente y con otro tipo de inteligencia nacional. Le deseo lo mismo a Venezuela, es decir, que descubran el capitalismo neo liberal y globalizante del siglo XXI, y también a los demás países hermanos dominados hoy por las recién llegadas oligarquías de izquierda que no han aprendido nada de su propia historia. Sir George, nuestro personaje taquillero, quien obviamente no necesita de razones para ausentarse porque sabemos que debe cuidar un imperio de alta clase mundial hecho de cristales y platerías. Pero quizá el noble Gilles, sin sus pitones y víboras, tenga aun más y mejores razones que todos los demás juntos para no estar muy a menudo con nosotros. Además, las pocas veces que el Rey Gilles de Lamú escribe algo breve a los miembros de El Cartel logra, por arte de una magia acalambrada, excitar los comentarios más animados y divertidos de todo el grupo. Gilles es esencial. Al igual que Sir George, también debe cuidar de otro tipo de imperio global, en cuyas tierras jamás se pone el sol, que va desde el continente negro hasta el continente amarillo, pasando por todos los demás colores del globo terráqueo. Martín es quién más concentra en su cuerpecito joven e inexperto una inmensidad de recursos hormonales con los cuales fecunda la vida loca de este país, saturado de abundantes oportunidades. Recordemos que Panamá es el país más soñado por los nativos de cada remoto punto cardinal de la tierra. De aquellos humanos que nunca han tenido los bemoles de escapar del sur, del norte, del este y del oeste, para llegar aquí al centro del mundo. Y Eduardo Temüjin, el guerrero perfecto, alucinado por los algoritmos, quien ha pasado a otro plano existencial en donde abundan las seducciones tecnológicas y orgánicas. Ha llegado a un nuevo paraíso celestial quizás algo parecido al cielo de las once mil vírgenes a donde van a parar, como un premio, los islámicos que le revientan la madre a moros y cristianos. En El Cartel “la vida es más sabrosa” y nadie calla para siempre. Ni siquiera Mayoral que finge ser mudo. En El Cartel estar lejos tampoco es malo. Pero es una perversidad asistir a las reuniones y tener una presencia real en las reuniones sin estar del todo presentes. Eso hiere al grupo porque crea un puesto vacío, aunque esté físicamente ocupado por “algo”, por la aparición visible de una ausencia. Como dijo Héctor en Casuale: “¡A ustedes dos los declaro inexistentes!”. A diferencia de Hamlet nosotros los de El Cartel podemos existir coetáneamente en el ser y en el no ser. Asistir a reuniones de esa manera revela una intencionalidad siniestra que nada bueno anuncia. Y, por otra parte, hay un tipo de silencio que es tan perverso como este tipo perverso de presencia inexistente. Se trata de abrir la boca para emitir sonidos y expresar lo mismo que se escucha cuando se calla y no se dice nada. O sea, hablar con la intención siniestra de no ser escuchado. Es la otra perversidad, la del hablar silencios. Porque hablar “on hold and in mute” se parece mucho al NO escuchar intencionalmente a quien habla de verdad y ofrece contenidos reales. Esto que digo es válido para los individuos de El Cartel, como es válido también para todo el grupo. Y lo que es válido para El Cartel es válido para el mundo, exactamente somos como se dijo hace tiempo sobre la General Motors.
Héctor, Carlos y yo pensamos que ese tipo de silencio y de vacío, practicado en ocasiones por cada amigo del grupo, manifiestan el lado oscuro de El Cartel y, por cierto, en general, de la humanidad. Y son además los ropajes seductores que hacen atractiva la perversidad. Y cuando llega el momento de la prueba, nuestro grupo tolera, perdona y practica la ofensa, la ignorancia y la estupidez. Para Héctor, Carlos y yo, ni la ofensa, ni la ignorancia y ni la estupidez, pueden ser más hirientes que ese tipo de vacío y de silencio de los amigos de El Cartel. Aunque la verdad es que ninguno de los miembros de El Cartel sabemos herir deliberadamente. Quiero decir que supongo que algunos quizás si o quizás no. Y cuando a algunos de nosotros nos sucede practicar cualquiera de estas bestialidades o algo parecido, siempre de alguna manera se acepta por el resto porque se piensa que es por involuntario acaloramiento del instante. Lo cual es cierto. Entonces parece que algunos de nosotros, no lo disfrutamos, sentimos pesar y pedimos disculpas. Y quizá otros no.
Entonces, Héctor, Carlos y yo, creemos que este grupo tiene muy buenas opciones de orden superior, en términos de estética y ética, si así se lo propone. Recordemos que la estética se refiere a la práctica de la cultura del buen gusto. Y la ética a la práctica de la cultura de las buenas conductas. Porque eso es lo que hemos siempre hecho.
Sucedió que el ante pasado sábado, el día conmemorativo de Cataluña y de las Torres Gemelas, llegamos a ser tres después de una lenta tendencia regresiva al ausentismo. Y hubo tanta calidad de ambiente y contenidos el ante pasado sábado en SDS Pasión por el Vino que sospecho que quizás recientemente lo que está sucediendo es que hay una relación inversamente proporcional entre número y bondad. O sea, mientras menos somos en número más tenemos en bondad, inteligencia y significados en la reunión. Y viceversa, pues no. O sea, la viceversa sería que más miembros asisten a las reuniones menos calidad tendría el grupo. Pues no es así, porque la historia del El Cartel demuestra que no es así. O sea, tenemos un Cisne Negro. Es decir se ha verificado un evento que contradice cualquiera tendencia. Pruebas y evidencias de esto son las tres reuniones en Lung Fung, dirigidas por El Temüjin Eduardo. Y en esas tres reuniones hemos tenido una asistencia superior en número a la de los miembros usuales. Y en esas tres ocasiones la calidad de la comida, de la conversa, del humor, de las inter relaciones individuales y del entusiasmo ha sido muy bueno, muy bonito y muy desbordante.
Y así, en un Caminito de la Costa del Este, motivo de esta Acta, quedamos reunidos solamente dos miembro de El Cartel, este sábado 18 de septiembre, y la calidad de dicha reunión fue igual o mejor que la de los mejores momentos de nuestra historia. Caminito es un rinconcito para nada arrabalero propiedad de los tucumanos MARCELO y LUIS CONTRERAS. Este último conocido de Héctor y a quién noté el sábado pasado en lo de Oriol Serra.
Sin embargo, es un hecho vivido que hay un proceso regresivo y puntual que conduce a la desaparición física del grupo si sigue así. Lo cual si sucede sería la fase terminal que seguiría a la desaparición espiritual, también ya en curso de cumplimiento. Precisamente como acaece en la naturaleza darwiniana mediante un proceso de selección natural que lleva a la extinción de los menos dotados de mecanismos de superación y adecuación. Y este proceso de extinción paulatina sucede para preservar la vida en su mejor versión y fortalecer al final la armonía y la eficiencia de la natura en su totalidad. Así, de la misma forma, la reducción del número de asistentes podría implicar un aumento de poder y calidad de El Cartel. Lo que significa que cuando las reuniones estén por llegar al número cero absoluto de participantes, entonces los últimos supervivientes antes del final habrán alcanzado la perfección del nirvana para gloria y bien de la especie humana. La prueba estrepitosa de esto es que hoy en Caminito Gourmet, cuando el grupo llegó a dos, Héctor presentó un D. V. CATENA – Cabernet Sauvignon + Malbec 2006 que dio la tónica en distinción e intensidad como para sustentar la perfección armónica del lugar, la mutua compañía, los temas sustantivos y los excelentes platos. Sucedió que el número dos creó hoy un encuentro cercano con el infinito en un acogedor rincón argentino de Panamá. Pero hay un antecedente extremo. Se trata de aquella ocasión que redacté un Acta de una reunión que NO existió. Ese día llegamos al cero absoluto; pero hubo, “como por milagro”, una bondad absoluta en el grupo. Ese día El Cartel alcanzó la grandeza universal de un ser improbable e indefinible como lo expresó el Acta que describe esa reunión que nunca fue. Para evitar que “eso”, la desaparición, suceda, nuestro Sumo Pontífex Máximus, Carlo Magno, propone regresar a los orígenes de cuando el número de participantes a las reuniones de El Cartel era abundante, fresco y ocurrente. Regresar a nuestras Tardes de Walpurguis. Y se acerca para tan efecto el 31 de octubre, propone Carlos, el día cuya Noche es para Brujas. Aprovechemos para resurgir ese día, que es La Víspera de Todos los Santos. Porque es ese un evento en el cual los frenos ocultos entre cuerpos y espíritus desaparecen. Que es precisamente la noche en que los humanos regresan a la total animalidad y los demonios se alegran por única vez. No hay nada más alentador y agradable para todo ser humano que alejarse de la perfección y de la cultura para sentir la fuerza profunda del Big-Bang de la creación divina y primordial. Y en ese momento supremo todo, en términos de dicha, se hace posible.
Por este sábado 18 de septiembre, en Caminito, y tantas otras cosas, doy gracias a Héctor, quien como Carlos, es un ejemplo grato y apreciable para el grupo, por ser persona respetuosa y respetable. Ah! Y entre paréntesis esas dos cualidades son las que nos identifican y nos unen a todos. El sábado 25 de septiembre, Héctor nos ha convocado para celebrar en Los Años Locos su cumpleaños.
Saludos, Flavio.

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