"MARTIN FIERRO" 2 octubre 2010.

Acta de El Cartel
del sábado 2 octubre 2010.

TEMA:

ALPISTE = ALZHEIMER + DESPISTE.

La comida fue muy argentina y de una proporción calidad-precio insuperable. Me gusta mucho el Martín Fierro. Es tan Años Locos, pero en edición acurrucada en una extraña dimensión íntima y reservada. Algo que place a mi alma de extranjero. INICIO: Gilles trajo un muestrario de tres quesos franceses de inaudita calidad. A saber. Un “Sélection Saint-Marcellin au lait cru”, de la casa Étoile du Vercors. Un queso de cabra “Cabecou” de la casa Étoile du Quercy. Y un “Le Palet de Causses” de la casa Étoile du Quercy. Héctor olvidó traer los paté de foi que Gilles nunca entregó a Jorge en París. Y yo regresé al auto el moscatel chileno late harvest que compré para la ocasión.

VINOS:  fueron todos argentinos. Dos Joffré de Mendoza, un Malbec Primiun 2006 y un Grand Cabernet Sauvignon 2005 que a $9 en Motta es hoy el mejor vino precio/calidad de Panamá. Y cuatro Luigi Bosca Cabernet Sauvignon Reserva 2005.

ESTUVIMOS presente desde el inicio de la reunión: Jorge, Rodrigo, Gilles, Gianni, Héctor y Flavio. La comida hay que mencionarla en detalle porque no hubo una sola falla. Aún a pesar de la modorra parsimoniosa de los meseros, cuyas mentes no residen en sus cuerpos. El “absent minded style” de estas criaturas es tan panameño y quizá tan gringo, que no me extrañaría para nada que algo tremendamente extraterrestre pudiera acaecer algún día en este lugar, o en cualquier otro lugar del planeta.

APERITIVOS: pulpo gallego, bolas de ceviche frito y pimentones al escabeche.

PLATOS CENTRALES: tres órdenes de chorizos, una de molleja, una de entraña, dos de vacío y dos de tiritas con hueso.

POSTRES: tarta helada, tres flanes y dos copas de helado de vainilla.

Recibimos cuatro órdenes de pan gallego para los cuales sobraron los elogios. Al final del almuerzo llegaron Martín y Eduardo. Nos costó grandes esfuerzos de voluntad el despedirnos. Por culpa de la espesa pátina de cohesión y pasión que quedó sedimentada como un pegamento en cada uno de nosotros al momento del arrivederci cari. Como siempre, Flavio.